La noticia no podía dejar de impactarnos: Benedicto XVI fue un nazi. Incluso se decía que había planeado todo para ser elegido el día del cumpleaños del Führer, el 20 de abril. Curiosamente, su elección no tuvo lugar el 20, sino el 19. En los foros, se lo llamaba Nazinger. Otros, citaban a algún vidente y presentaban al nuevo pontífice como el papa negro. Los miembros de las mal o bien llamadas sectas nuevamente nos recordaban que Roma es la gran ramera. Lo único que faltó es que inventaran una confabulación del tipo Dan Brown y que lo culparan del envenenamiento borgiano de Juan Pablo II.
Los medios alemanes dieron la información la misma noche del 19 de abril: Ratzinger había sido miembro de los Hitler Jugend (Jóvenes de Hitler) y soldado de la Wehrmacht. La prensa norteamericana se hizo eco tímidamente de lo que no se sabría sobre Ratzinger y los ingleses lo difundieron abiertamente por el mundo. De ahí el carácter de desagravio de las banderas inglesas y escocesa que vimos durante la misa de inicio de pontificado celebrada en la Plaza de San Pedro.
El primero que salió en su defensa fue Israel Singer, Presidente del Congreso Mundial Judío: en aquella época, se obligaba a todos los niños a entrar a los Hitler Jugend. Las otras organizaciones como scouts y similares estaban prohibidas. Los niños debían entrar a los HJ y las niñas al Bund deutscher Mädchen, so pena de que su familia sufriera las consecuencias. El padre del joven Joseph recibía un escaso sueldo como policía y su madre, a cargo de los tres hijos, trabajaba esporádicamente como cocinera. La televisión y radio israelíes lo ha dejado muy claro: sus padres eran patriotas bávaros y, como tales, no podían estar más lejos de la ideología nacional socialista.
El cardenal Ratzinger nunca negó haber pertenecido a los jóvenes de Hitler. En el libro La sal de la tierra, en que el entonces cardenal es entrevistado por el entonces periodista del Stern y del Spiegel, Peter Seewald, cuenta que tuvo que entrar a los Hitler Jugend. Pero que, estando en el seminario, se dió de baja del grupo, pese a que ello le traería problemas de dinero, pues, sin pertenecer a esta organización, difícilmente quedaría eximido del pago de sus estudios. ¿Está demás decir que, después del éxito de librería que fue el libro-entrevista, Seewald no pudo seguir escribiendo para las revistas mencionadas?
En el otoño de 1944 faltan soldados y el ejército se ve obligado a enrolar a los más jóvenes, a los 17 años, Ratzinger es nombrado ayudante de la artillería antiaérea. Es destinado a la fábrica de la BMW. Queda bajo el mando de un oficial que odia a los nazis y cambia la destinación del joven Joseph desde München, donde caen demasiadas bombas, a Traunstein, donde no cae ninguna. A los 18 años es hecho prisionero de guerra, afortunadamente por un periodo corto. Esta es pues la experiencia de Benedicto XVI durante el nacional socialismo.
Charles Moore, ex-redactor jefe del Daily Telegraph y comentarista de diversos periódicos señala que, después de tantos años, Alemania ha sufrido suficiente penitencia y ha recuperado, su honor entre las naciones. La elección de un hombre que creció, en una sociedad tan tremendamente obscura como fue la del nacional socialismo, demuestra que, de la sociedad más corrupta, puede surgir algo bueno y que la peor de las sociedades puede reivindicarse. La mejor prueba de ello es el mismo Juan Pablo II que vivió la Guerra, la ocupación nacional socialista, el socialismo real, rabiosamente anticatólico y que, siendo polaco, llamó a un teólogo alemán como Ratzinger para que trabajara con él durante 25 años.
¿Fue Benedicto XVI un nazi?
2 comentarios:
Gracias Marta, porque habia sostenido cuando fue la lectura de la Conferencia sobre el islam una dura controversia sobre la figura del Papa, su rol en la guerra, y el sentido del Occidente progresista. Si te interesa el tema, no es obligatorio ni vinculante, con la misma foto, hay un comentario en el mio. Gracias. Nuevamenete por un poco de aire fresco.
Gracias Hard Core, un abrazo!
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